Ines&Raúl: Remordimientos(4ª Parte)

jueves, marzo 05, 2009 Laura.S-P 7 Comments

Otro día más, uno como cualquiera de los siete que han pasado desde que empezó el curso. Me levanto, desayuno, me arreglo,salgo, cojo el metro, el tren y llego a clase. Pero hoy parece que me he levantado con el pie izquierdo. El despertador no ha sonado, he tardado más de lo normal en desayunar y elegir la ropa, tenía el pelo lleno de nudos y la punta del lápiz de ojos se ha roto mientras me maquillaba. Toda esta serie de catastróficas desdichas se traduce en que he llegado veinte minutos tarde al metro y he tenido que esperar otro tanto a que llegara el siguiente tren.

Una vez sentada y tranquila en el tren mi suerte cambió. Bastaron un par de miradas insinuantes,caídas de pestañas y un juego insinuante de piernas para que el chico sentado en el asiento de enfrente, se sentara a mi lado y me dijera hola. No había nada en él que me atrajera especialmente, de hecho ni siquiera me habría fijado en él de no haber tenido una mañana tan horrible, pero ahora necesitaba que alguien me echara unos piropos y me levantara el animo. Sabía que no estaba bien y que en verdad era muy cruel, pero mi ego no admitía excusas.

Quizá fue por que parte de mi se sentía culpable, pero en el momento en el que me encontré con esa mirada fría y de desprecio, me sentí la persona más miserable del mundo. Estaba tan ocupada compadeciéndome a mí misma y buscando formas de sentirme mejor, que no me había fijado que él también estaba allí. Raúl, apoyado en una de las puertas del vagón, me miraba fijamente, con la mandíbula tensa y el ceño ligeramente fruncido. Lo sabía, sabía lo que había hecho y por qué. Y me despreciaba por ello. Intenté mirarle con cara de pena, rogándole que me comprendiera y me perdonara, pero sin renunciar a la validez de mis acciones, pero él giro la cabeza y no me volvió a dirigir la mirada en todo el trayecto, a pesar de que yo le miraba una y otra vez.

Cuando por fin acabó ese viaje torturados y llegamos a la estación, me despedí a toda prisa de mi acompañante con una vaga promesa de que le llamaría y corrí tras Raúl. Llevaba un buen paso y parecía dispuesto a no pararse aunque le llamara:

Raúl ¡espera, quiero hablar contigo!- dije en cuanto le di alcance
¿Qué quieres Inés?- el tono frío de su voz me dolió pero seguí hablando
Te he visto en el tren...-
Yo también a ti. Adiós- dijo zafándose de mi mano
¿Por que estás tan enfadado?¡yo no he hecho nada!- se volvió con los ojos echando chispas y los labios tan apretados que estaban blancos. Cuando se calmó fue peor. Sus ojos azules se volvieron fríos e indiferentes como el hielo, tanto que quise hacerme cada vez más pequeña para que dejara de mirarme así.
Si tan segura estás de que no has hecho nada mal ¿Por que has venido a disculparte?No has cambiado nada- eso fue como un puñetazo en el estomago.
No he venido a disculparme- dije muy dolida- te he visto y he venido a saludarte- mentí
Lo que tu digas. Ni que me importara. Se dio la vuelta se puso los cascos y me dejo allí tirada.

Si ese momento hubiera tenido banda sonora, probablemente habría sido Highway to hell. Y allí me sentía yo, en el infierno. Y lo peor es que no entendía por que. Pero cuando le había visto allí en el tren mirándome mientras yo coqueteaba con, bueno el chico, no me acuerdo de como se llamaba, hubiera preferido morirme antes de que el me hubiera visto. Había sido irracional y estúpido. Me había comportado como una cualquiera y yo no era así. Yo era Inés, Inés Zabala, la que todo el mundo admiraba. Y Raúl no estaba a mi nivel, no podía permitirme ni pensar en él como para encima preocuparme por él.
Aún así el resto del día fue un desastre. En clase estaba demasiado preocupada por lo que me había pasado como para prestar atención y para colmo Eva no paraba de coquetear con Raúl, que se dejaba y encima la sonreía todo el rato mientras que todos mis intentos de volver a hablar con él y arreglarme solo recibieron más miradas de desprecio e indiferencia y ni una frase más.

Esa noche mi mal humor y mis remordimientos se juntaron para provocarme un dolor de cabeza terrible que me obligó a pasar de la cena (a pesar de las quejas de mi madre) y encerrarme en mi habitación a oscuras. Me costó dormirme. El día se repetía una y otra vez en mi cabeza y tenía que desahogarme enterrando la cabeza bajo la almohada y gritando con todas mis fuerzas. Al final más allá de media noche, agotada, conseguí dormirme.

Eso fue solo el principio.

7 comentarios:

  1. Me caiaa bien Inés pero ahora....ya si me parece un poco...YO,YO y después YO jejeje
    Noo me gusta ese tipo de personas jejeje
    Peroo sigoo pensando en un final feliiz ejje tQQQQ

    ResponderEliminar
  2. perdoneme señorita pero no he pordido terminar de leer su maravillosa historia.
    Mis deseos de prepararme rapido por no llegar tarde al lugar deseado hizo q llegara por la mitad
    Mañana cuando vuelva al blog lo leere entero lo juro :)

    Espero q halla terminado bn despues de todo

    ResponderEliminar
  3. Hola. Eres nueva en mi blog, pero no por eso quería agradecerte que quieras estar conmigo. Pásate por mi blog porque hay un premio para ti.
    Saludos desde La ventana de los sueños, blog literario.

    ResponderEliminar
  4. Me encanta tu historia, tus personajes son... especiales, con la personalidad muy marcada.
    Gracias por pasar por mi blog, es todo un honor.
    Un beso,
    *Lisa*

    ResponderEliminar
  5. eres genial, me gusto mucho tu blog!
    gracias por pasarte por el mio!
    te sigo vale?

    un beso y suerte!!

    ResponderEliminar
  6. PASA POR MI BLOG SWEET&SOUR, TIENES UN PREMIO!
    besiitoss
    *Lisa*

    ResponderEliminar
  7. Hola!

    me encanta tu blog.
    he leido todo lo q has publicado hasta ahora, y adoro esta historia en forma de diario.
    continuala por favor^^

    cuidate

    ResponderEliminar

Los comentarios me animan mucho a seguir escribiendo, asi que, si os gusta, comentad^^