El totem de hielo

martes, julio 07, 2009 Laura.S-P 3 Comments

Aquí os dejo otra de las entregas de Las leyendas del hielo, una serie de relatos que empecé a escribir antes de vacaciones. Me temo que esta va a ser la ultima actualización hasta septiembre, por que no volvere a tener internet hasta esas fechas, pero también os prometo que para entonces tendré terminada la historia de Inés&Raúl, que me está dando más quebraderos de cabeza de los que esperaba...En cualquier caso, espero que os lo paseis genial en verano y volver a veros por aqui en septiembre^^


Ella corría desesperada por el bosque. El viento gélido congelaba su apresurado aliento y entumecía sus articulaciones, pero seguía corriendo. Tropezó con una rama oculta bajo el manto de nieve y cayó rodando por una pequeña colina. Estaba aturdida por el golpe y las vueltas, pero aún así se levantó y siguió corriendo, lo que la perseguía daba mucho más miedo que unos golpes y un mareo.

Ya no podía correr más, sus piernas no le respondían. Llevaba horas corriendo por la nieve pero sus hambrientos perseguidores no abandonaban. Había conseguido distraerles un rato colgando su cazadora a un árbol, pero se habían dado cuenta de la trampa pronto y ahora aullaban furiosos y cubrían la pequeña ventaja a grandes zancadas.

Las ramas se enredaron en su pelo y en su ropa hasta que acabaron liberándola de golpe en un claro del bosque. Notaba los arañazos que goteaban sangre por toda su cara y a través del desgarrón de su jersey se colaba el frío, pero había merecido la pena, aquella barrera de árboles nudosos, de ramas intrincadas y afiladas detendrían un buen rato a sus perseguidores. Quizás lo suficiente como para permitirle escapar. Se puso en pie con esfuerzo y avanzó todo lo rápido que sus doloridas piernas le permitían, a través del claro. Fue entonces cuando lo vio.

No entendía como no había reparado en el antes. Una estructura vertical se alzaba como una columna en el medio del claro. Era gigantesco. Se acerco curiosa a la estructura blanquecina olvidándose por un momento de sus perseguidores. Nada más rozarla retiró los dedos sorprendida, sobre sus yemas se había quedado una fina capa de hielo. Era una columna de hielo. Observó fascinada los animales tallados en la columna: osos, lobos, ardillas, peces, alces…toda la fauna de ese bosque estaba tallada en aquel bloque gigantesco de hielo. La mirada de Sara se quedó entonces clavada en el único animal que no conocía. Sara se acuclilló para poder ver mejor al extraño ser. Era una criatura pequeña, de ojos saltones y unos cuernecillos retorcidos. Tenía un dedo sobre los labios como pidiendo silencio. A Sara le pareció un ser muy gracioso.

El crujido a su espalda hizo que Sara se pusiera en pie de un salto. Los lobos hambrientos habían conseguido pasar a través de la muralla de ramas y ahora entraban en el claro como locos corriendo hacia ella. Las piernas le temblaban como si estuvieran hechas de gelatina y no era capaz de moverse, sólo contemplaba como las fieras se acercaban a ella, fauces abiertas, ojos hambrientos, relamiéndose ya del festín que se iban a dar. Sara se pegó mas al tótem, buscando su helado consuelo y notando como las lagrimas cálidas empezaban a deslizarse por sus mejillas. El lobo más rápido estaba a poco menos de dos zancadas. Cerró los ojos.

Un aullido lastimero de un animal le obligó a abrir los ojos de nuevo. Vio que los lobos se habían detenido y gruñían a algo que ella no alcanzaba a ver. Uno de ellos estaba tumbado en el suelo, gimoteando en un charco de sangre. No entendió lo que estaba pasando hasta que sintió la presencia helada a su lado.

El diablillo del tótem, el que estaba pidiendo silencio, era ahora una estatua viva de hielo, que se interponía entre ella y los lobos. A su lado los crujidos se iban sucediendo, y del enorme tótem, se iban desprendiendo animales hechos de hielo que se asentaban junto a Sara. Una ardilla de hielo correteó sobre sus hombros hasta los del diablillo provocándole un escalofrío. Era un espectáculo tan hermoso como imposible y por un momento Sara pensó que estaba soñando. Las criaturas del hielo empezaron a avanzar hasta hacer retroceder a los lobos, que volvieron al bosque entre gruñidos furiosos y atemorizados. Sara levantó la mirada para observar al diablillo, que también la miraba con sus ojos traslucidos y vacíos, aunque Sara estaba segura de que estaba sonriendo.

Poco a poco los animales fueron volviendo a fundirse con el tótem para la desilusión de Sara a la que le habría gustado jugar un rato más con las criaturas del hielo. Al final sólo estaban ella y el diablillo, que sin mediar palabra la cogió entre sus brazos y alzó el vuelo.

Sobrevolaron el bosque a toda velocidad, y en unos instantes estaban aterrizando en la puerta de su casa. Ya se había hecho de noche y las luces anaranjadas del hogar se colaban a través de los cristales. Sara olisqueó la cena que su madre estaba preparando y se dio cuenta de repente de lo hambrienta que estaba. El diablillo seguí a su lado, observándola sin moverse, como si se hubiera vuelto a convertir en estatua. Alguien la llamó desde dentro de la casa, tenía que despedirse ya. Plantó un beso en la fría mejilla del diablillo, que se llevó un dedo a los labios, como pidiendo silencio. Ella lo entendió y asintió con la cabeza. Sería su secreto. Luego echó a correr hacia su casa y hacia el calor de los brazos de su madre.

Sara nunca sería capaz de encontrar aquel claro en el bosque de nuevo, pero el recuero de su peligrosa y fantástica aventura siguió siempre vivo, y lo relató a sus hermanos, hijos, nietos y bisnietos, y estos a los suyos, hasta que la historia de la niña fue pasando de la historia a la leyenda y de la leyenda al cuento:la niña y el tótem de hielo

3 comentarios:

  1. Aplaudimos?
    Me es imposible leerlo sin imaginarme la escena entre frios colores morados.
    En Septiembre no fallaré, seguiré aquí =)

    ResponderEliminar
  2. Como todo lo que escribes... Precioso!!!
    Me enrolas en tus mundos de fantasia... gracias!!!
    Ya te vere en septiembre... por que sin duda aquí me tendras, pegada a tus hitorias como desde que descubrí tu blog!!!
    BeSoS!!!

    °°¡¡MaGe!!°°

    ResponderEliminar
  3. Me ha encantado como siempre, ya sabes que adoro todo lo que escribes laura!!
    Esta mañana cuando te he visto te hubiera parado un rato a hablar y eso pero no era plan, con alvaro, y mis amigos por alli, seguro que se nos quedaban mirando raro jejeje
    Espero volver a verte algun día por el barrio!!

    Y por supuesto espero ver en septiembre tus nuevos relatos!! UN besooo

    ResponderEliminar

Los comentarios me animan mucho a seguir escribiendo, asi que, si os gusta, comentad^^