Los hijos del Sol y el Hielo

domingo, agosto 30, 2009 Laura.S-P 2 Comments

Hola holaaaa!! Ya estoy de nuevo por aqui. Mi verano ha sido largo largo y me costara un poco ponerme al día pero aqui os dejo un relato cortito de mi colección de los cuentos del hielo para ir abriendo el apetito!!

En el palacio de la Montaña de las Nubes vivían los cinco grandes dioses. Sol era la diosa de las tierras cálidas del sur, donde ella con sus rayos calentaba las Tierras de Verano y tostaba la piel de sus habitantes. Agua reinaba en los mares, los ríos y los lagos, acariciaba las costas con su manto y refrescaba a las gentes del calor de Sol. Hielo mandaba en las tierras del norte, el Reino del Frío, los habitantes de sus tierras eran hombres blancos como la nieve que cubría sus hogares. Viento era el rey del cielo y sus habitantes y vagaba por las tierras de sus hermanos agitándolas con su soplo. El Gran Señor era el mayor de todos los dioses y era el encargado de mantener la paz en todo el reino.

El equilibrio entre el poder de los cinco dioses era frágil como el cristal. El Gran Señor estaba enamorado de su hermana Sol, bella y brillante como el astro rey. La procuraba todo tipo de atenciones y cumplía todos sus caprichos.
Pero ella no lo amaba.

Ella amaba a Hielo, su hermano solitario. Hielo era un joven callado y pensativo, al que le gustaba pasear por sus heladas tierras y conversar en susurros con sus pobladores, tan parecidos a él, altos, rubios y blancos como la nieve. El amor era imposible y Sol lo sabía, aún así cada noche soñaba con los ojos azules del joven.

Una noche en la que el gran Señor decidió celebrar un baile para festejar la llegada del solsticio de verano. Se invitó a todos los dioses menores: el dios del fuego, la diosa de las mareas, los señores de las nubes…todos estaban allí disfrutando de la fiesta.

Todos menos Sol que apartada en una esquina jugueteaba con jirones de nubes. Hielo al verla tan sola, fue a sentarse a su lado. Conversaron durante toda la noche y al llegar el alba, cuando todos los invitados partían hacia sus hogares, ellos ya se amaban.

Guardaron su amor en el más profundo de los secretos, pues ambos sabían del amor del Gran Señor por la bella Sol. Aún temiendo los celos de su señor no pudieron mantenerse separados. Todas las noches corrían uno en la busca del otro, aparándose en los brazos del otro, y permanecían abrazados hasta que la llegada del nuevo día le obligaba a separarse.

Pero ese amor secreto no estaba destinado a durar. Pronto Sol llevó en su vientre los hijos engendrados por Hielo y el secreto se hizo lucir. El Gran Señor estaba furioso, los otros dos dioses desconcertados.

El Gran Señor en su ira separó a la pareja. Condenó al padre al exilio, a permanecer durante siete años en sus tierras heladas, mientras que su amada permanecería en las mazmorras del palacio de la Montaña de las Nubes.

Siete años de penuria pasó la pareja separada. Siete años en los que sus hijos nacieron, crecieron, aprendieron a andar y a hablar, sin conocer a su padre ni otro mundo que las paredes de la mazmorra de la torre. Siete años tardó en calmarse la ira del Gran Señor.


Una vez cumplida la condena pudo Hielo volver a su hogar. Conoció a sus hijos, una niña hermosa de piel morena y ojos oscuros como el carbón, y a su hijo, de ojos tan azules y piel tan clara como la suya. Una hija del Sol y un hijo del Hielo.
Mas no había de durar su alegría, pues el Gran Señor, celoso de su felicidad, ordenó que todos los dioses abandonaran el palacio de las nubes y se fueran a vivir a sus respectivos reinos.

Mucho lloraron Hielo y Sol por deber separarse ahora que habían vuelto juntos, y con el corazón en un puño, partieron en direcciones contrarias para no verse jamás. Llevaron consigo al hijo que les era más parecido y comenzaron así el linaje de los grandes reyes que había de reinar sobre las tierras quemadas y heladas, hasta que algún día quizás, reencarnados en hijas del Sol y en Hijos del Hielo pudieran volver a estar juntos.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho la historia, las echaba de menos. Es una historia muy bonita y muy triste a la vez...
    Besos y espero que hayas disfrutado del verano tanto como yo =)

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  2. Me ha encantado, al más puro estilo mito. Con esos posos de melácolía que añaden una belleza misteriosa tus textos tan bien escritos.
    Echaba de menos leer tus historias.
    ^^

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Los comentarios me animan mucho a seguir escribiendo, asi que, si os gusta, comentad^^