El bosque de los carámbanos

domingo, octubre 04, 2009 Laura.S-P 2 Comments

Buenas noches señoritas y señores. Siente tremendamente haberles tenido tan abandonados, pero es que he empezado(otra vez) la uni y ya se sabe, el principio de curso es siempre terrible...Y de nuevo os bombardeo con otro de mis cuentos del hielo, saga que por cierto estoy ilustrando(ya subire los dibujos cuando los termine;) y de la que me gustaria mucho que dejarais vuestra opinión^^
Un saludo como siempre y gracias por leermeee!!!

La llegada al mundo de la segunda hija del emperador Frío, fue celebrada con una gran fiesta. Toda la corte celebro la llegada de aquella niña de grandes ojos negros y piel blanca como la porcelana.

Era una niña alegre, de sonrisa fácil y temperamento dulce. Todo el mundo la adoraba y tras cumplir su primer año de vida se le dio el nombre de Nieve.
A pesar de que Nieve era querida por todos, había algo en ella que tenía preocupada a toda la corte. La niña tenía frío.

Era imposible que una hija del emperador de las tierras del Norte tuviera frío. Aún así, Nieve siempre llevaba una gran capa blanca regalo de su abuela. Y cuando alguien le preguntaba por qué la llevaba ella respondía muy tranquila que era para que le diera calor.

Sin embargo lo único que preocupaba a su padre es que Nieve no parecía poseer ningún tipo de magia.

Desde pequeños sus hermanos habían manifestado sus poderes para controlar los elementos del reino de su padre. Provocaban pequeñas ventiscas de hielo en la sala de juegos o escarchaban los manteles de la mesa real. Sin embargo Nieve solo jugaba con muñecos dulces de felpa y huía de la habitación llorando cada vez que alguno de sus hermanos hacía uso de sus gélidos poderes.

La dulzura de Nieve y las esperanzas que tenía su padre en que con el tiempo aquellas rarezas desaparecerían, permitieron que la pequeña princesa tuviera una infancia feliz alejada de los malévolos comentarios de la corte.

Sin embargo, los años pasaron y Nieve se negaba a desprenderse de su capa blanca. En la corte no se hablaba de otra cosa y muchos fueron los que acudieron al emperador Frío para pedir que acabara con aquel juego infantil.

El emperador, preocupado por su hija y acosado por las constantes críticas en la corte decidió mandar a su hija fuera del palacio, lejos de los rumores y peligros de la corte.

Envió a la joven más allá del Valle de las Brujas, cruzando el Mar Gélido, hasta llegar a la guarida del Ermitaño del Norte.

El Ermitaño era un hombre sabio, que acogió a la joven princesa como si fuera su propia hija.

Nieve en seguida quedó fascinada por el lugar, ya que el ermitaño vivía en un lugar mágico, que los antiguos llamaban Bosque de los Carámbanos. Era un bosque entero formado por grandes carámbanos que colgaban de una gran roca.

Se formaron durante La Primera Gran Helada, y habían estado allí resguardados al abrigo de la roca durante siglos, ensanchándose y llegando a tocar el suelo, como si de verdaderos arboles se tratara.

A la solitaria princesa le gustaba pasear por allí, arrastrando su gran manto blanco e imaginando que volvía a estar en palacio y que aquellos arboles de hielo, no eran sino las columnas del gran salón de baile de su padre. Entonces bailaba solitaria entre las columnas, deseando estar de nuevo en el palacio Invernal.

El sabio Ermitaño solía ocupar las largas tardes de la joven con charlas de cualquier tema que pudieran mantener entretenida a su pupila. Una tarde decidió contarle una antigua historia de amor de las gentes del Este.

Era una historia sobre una ninfa hermosa, que vivía en un cerezo en un recodo del camino. Un día un viajero se tumbó a la sombra de su árbol a descansar. El viajero era tan apuesto que la ninfa se enamoro de él y disfrazándose de pétalo de cerezo blanco, se metió en su bolsa y empezó su viaje. En la bolsa de su amado viajero conoció muchos lugares, muchas gentes y muchas cosas hermosas. Sin embargo, a diferencia de la vida de las ninfas, las vidas de los hombres son duras y cortas y un día el amado viajero de la ninfa cayó muerto al borde del camino. La ninfa estaba tan triste, que no pudo resistir la muerte de su amado y decidió convertirse en un árbol para siempre y marcar así eternamente la tumba del amado junto al camino. Fueron los pétalos blancos de un cerezo las lágrimas que la ninfa derramó por su amado.

Cuando salió Nieve a pasear la mañana siguiente por el bosque de Carámbanos aún pensaba en la hermosa ninfa y su amor perdido. Pensaba que sería hermoso un mundo cubierto de blanco como las hojas del cerezo. El reino de su padre, sin embargo, era del gris blanquecino de la estepa helada.


Y la joven princesa deseó un mundo frío cubierto por una capa blanca como los pétalos del cerezo.

Tan pronto como formuló su deseo, del borde de su capa empezó a desprenderse algo fino y níveo que iba cubriendo el mundo a su paso como si se tratara de una alfombra. Al poco la llanura y el bosque de los Carámbanos estuvieron cubiertos por aquella alfombra blanca.

El mundo Invernal ahora estaba cubierto por una alfombra blanca y suave que pronto las gentes llamaron “nieve”.

Las noticias de que algo nuevo había aparecido en el reino Invernal, volaron raudas al palacio del emperador. En la corte del emperador no se hablaba de otra cosa. El manto blanco avanzaba raudo por los caminos acercándose cada vez más al palacio Invernal. Así que el Emperador Frío decidió salir al encuentro de aquella criatura desconocida que cubría sus tierras con nieve.

Fue en las puertas del palacio donde se encontró el emperador y su corte con la criatura misteriosa. Su rostro estaba oculto bajo la capa, que como un manto de la propia nieve, ocultaba su identidad.

Fue grande la sorpresa cuando la desconocida descubrió su rostro y toda la corte reconoció en aquella hermosa joven a la pequeña Nieve.

Nieve, llena de gozo, corrió a abrazar a su padre, dejando tras de sí el manto blanco que la cubría. El emperador con lágrimas en los ojos abrazó a su hija y volvió a darle la bienvenida en el palacio Invernal. Toda la corte halagó a la joven princesa y nadie se burló jamás de su nívea capa.

2 comentarios:

  1. Una historia muy bonita :)
    Tengo ganas de leer más de estas historias y de ver esos dibujos =D
    Besos

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  2. Debo decir que la historia es muy bonita, y espero que este comentario no te moleste... pero al final le falta algo... esta como ... soso? no se empieza muy interesante y luego acaba de golpe...pum...
    espero que no te moleste!
    Un beso

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Los comentarios me animan mucho a seguir escribiendo, asi que, si os gusta, comentad^^