La educación de un becario
Actualmente nos
encontramos bajo el influjo de un curioso efecto que a mí me gusta llamar “el
fenómeno becario”
En el último año las
empresas españolas han incorporado a sus filas a cientos de becarios, jóvenes,
recién licenciados, hambrientos de mundo y de trabajo. Estos becarios pueblan
ahora los pasillos de las oficinas y abarrotan este y aquel departamento,
deseosos de hacerse un hueco y no tener que volver a salir al frío mundo
exterior, donde no hay trabajo, ni expectativas.
Hablemos de estos
jóvenes, esas pequeñas personitas que se revuelven inquietos en sus trajes,
incómodos dentro de esa ropa y esas responsabilidades que se les hacen grandes
y les pesan.
Seamos sinceros,
estos pobladores de pasillos y mesas abarrotadas de papeles son una generación
perdida. Perdida porque han perdido toda esperanza en un futuro que se ve
teñido de un color gris pardusco, sin expectativas, sin ambición. Han pasado de
intentar parar el mundo con las manos a conformarse con muy poco, con tan poco
como una miseria.
Esta es la situación
tan triste del fenómeno becario: jóvenes altamente formados, dispuestos a
trabajar, con cualidades de sobra… que se conforman con las migajas que les
ofrecen las grandes compañías.
Y es que la realidad
es que el sueldo de un becario medio en España roza exiguamente los 3 euros/hora…
poco más o menos de lo que podría ganar un artista callejero.
Sin embargo, a pesar
de todo lo mentado anteriormente, lo que más me atenaza el pecho es pensar en
la educación que se está dando a los becarios.
Si queridos
lectores, la educación. En mi opinión los becarios son como niños grandes, que
dan sus primeros pasos dubitativos en el mundo empresarial, y tal como nuestros
padres nos guían en nuestros primeros años de vida, enseñándonos lo que es
correcto y lo que no, los primeros empleos de los becarios suponen para ellos
una Biblia de lo que es el mundo empresarial y cómo se desempeñan las personas
en su profesión
Entonces… ¿Qué tipo
de enseñanza recibirá un joven que se encuentra mal pagado, sobrecargado de
trabajo y que ha dejado en una esquina toda expectativa?
Desde luego no es ni
de lejos la mejor manera de formar a las personas que en un futuro dirigirán
las grandes empresas y decidirán cuestiones tan importantes como la
sostenibilidad económica y medio ambiental, una política justa o todos esos
tumores que infectan nuestro mundo actual.
Con todo esto, y sin
intención de dilatarme más para que el lector saque sus propias conclusiones, quiero
abogar por un uso más responsable del gran recurso que son los becarios y sobre
todo dejar de considerarlos como una mercancía de usar y tirar y empezar a
verlos, como son realmente, un activo con gran potencial que tiene la capacidad
de dibujar nuestro futuro mucho mejor que nuestro presente.
Sin menospreciar a los artistas callejeros, estoy bastante segura de que muchos sacan más de 3€ / hora.
ResponderEliminarEs triste que la generación mejor preparada se haya encontrado con un muro como el que tienen delante.
Que gente tremendamente valiosa se "pegue" con otros igual de brillantes, no por un puesto importante, sino por unas prácticas mal pagadas en el mejor de los casos. Y encima como tú dices, que lo que aprendan sea eso.
Y no sé que es peor, que se les infravalore y se les ponga en puestos en los que sienten que han perdido tiempo en años de formación; o que se les cargue con las responsabilidades de un empleado (no con las propias de un becario). Sin el reconocimiento ni la recompensa que merecen.
Que negro eh...